INTRODUCCIÓN
La
obra Los Siete Saberes Necesarios Para la Educación del Futuro, se presenta
según su autor como el último volumen, y más denso, de una trilogía pedagógica.
No se trata de una obra aislada,
presentando siete principios separados, sino de un sistema de pensamiento que
vale a la vez por su pertinencia heurística como por su coherencia intelectual.
Aquí, como lo precisa Edgar Morin a partir del prólogo, no se trata de situarse
en el contenido de los programas de las distintas disciplinas, de efectuar un curso
magistral y normativo sobre la organización concreta de la enseñanza, sino
hacia atrás, a nivel paradigmático de los principios esenciales permitiendo una
educación adaptada a los principales retos que superar a escala planetaria.
En el mismo se consideran siete principios que son
necesarios para la educación del futuro, con éstos se busca contribuir en
el quehacer de los educadores. Por otro lado es importante mencionar que
el autor Sociólogo e
investigador de origen francés, consideró los saberes imprescindibles que
deberá afrontar el sistema educativo para contribuir en un proceso
significativo. Por ello, este libro expresa esencialmente problemas
fundamentales que permanecen y son necesarios para enseñar en la
actualidad, esos saberes son: Las cegueras del conocimiento: el error y
la ilusión, Los principios de un conocimiento pertinente, enseñar la condición
humana, enfrentar las incertidumbres, enseñar la comprensión y culmina con la
ética del género humano.
Capítulo I: Las Cegueras del Conocimiento.
El Error y la Ilusión.
No existe conocimiento que no esté de
alguna manera amenazado por el error y por la ilusión; debido a que las
percepciones son a su vez traducciones y reconstrucciones cerebrales captadas
por los sentidos, provocan una infinidad de errores de percepción que provienen
de nuestro sentido más fiable como lo es la vista, aunado a ello se encuentra
el error intelectual. Todo
conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. Por lo tanto la educación
del futuro debe contar siempre con esa posibilidad. El conocimiento permanece
ciego ante lo que es el conocimiento humano, sus disposiciones, sus
imperfecciones, sus dificultades, sus tendencias tanto al error como a la
ilusión y no se preocupa en absoluto por hacer conocer lo que es conocer.
El talón de Aquiles del conocimiento
La
educación debe mostrar que no hay conocimiento, que no esté en algún momento
amenazado por el error y la ilusión. Así mismo la educación debe mostrar que no
hay conocimiento que no esté amenazado por el error y la ilusión, debido a que
todas las percepciones son traducciones y
reconstrucciones cerebrales, que a partir de estímulos o signos son
codificados por los sentidos. La visión es nuestro sentido más fiable, a él nos
llegan los errores de percepción, como es bien sabido el conocimiento implica
interpretación de la proyección de nuestros deseos o miedos, todas estas
emociones multiplican los riesgos de error. Aparte existe la relación entre la
efectividad y la inteligencia que son inseparables en desarrollo del ser
humano.
Se podría pensar, por ejemplo que,
despojando de afecto todo conocimiento, eliminamos el riesgo de error. Es
cierto que el odio, la amistad o el amor pueden enceguecernos, pero también es
cierto que el desarrollo de la inteligencia es inseparable del de la
afectividad. La afectividad puede oscurecer el conocimiento pero también puede
fortalecerlo.
Los errores mentales
Es necesario introducir y desarrollar en
la educación el estudio de las características cerebrales, mentales y
culturales del conocimiento humano, de sus procesos y modalidades, de las
disposiciones tanto psíquicas como culturales que permitan arriesgar el error y
la ilusión. Existen, a veces, falsos
recuerdos con la persuasión de haberlos vivido
y también recuerdos que rechazamos porque estamos persuadidos de no
haberlos vivido jamás. Así, la memoria, fuente irremplazable de verdad, puede
estar sujeta a los errores y las ilusiones.
Los Errores Intelectuales
Es la actividad racional de la mente que
apela al control del entorno al control de la cultura, entre otras palabras, es
la racionalidad la que corrige.
Entonces encontramos la racionalidad constructiva que elabora teorías
coherentes, esta racionalidad debe permanecer abierta a la discusión para
evitar que se vuelva a encerrar en una doctrina y la racionalidad crítica nos
permite medir los errores e ilusiones de las creencias, doctrinas y teorías.
Por otra parte la racionalidad no es una cualidad que gocemos todos de tener,
por ello es necesario que la educación permanezca vigilante y autocritica para
que la racionalidad no caiga en ilusión.
Las Cegueras Paradigmáticas.
Son las que instauran las
relaciones primordiales que constituyen los
conceptos, impone los discursos y organiza la relación lógica. Este paradigma
determina una doble visión del mundo, por un lado, un mundo de objetos
sometidos a observaciones, experimentaciones, por el otro, un mundo de sujetos
planteándose problemas de existencia, de comunicación, de conciencia. Así, un
paradigma puede al mismo tiempo aclarar y cegar, en su seno donde se encuentra escondido el
problema clave del juego de la verdad y del error. El paradigma efectúa la
selección y la determinación de la conceptualización y de las operaciones
lógicas. Designa las categorías fundamentales de la inteligencia y efectúa el control de su empleo. Los individuos
conocen, piensan y actúa según los paradigmas inscritos culturalmente en
ellos.
Por consiguiente, la primera e inevitable
labor de la educación para afrontar tal ceguera, debe ser la de instruir un
conocimiento capaz de criticar el propio conocimiento para lo cual,
apela a evitar la distorsión de la información que se da en nuestras mentes por
las ideas transmitidas y propias. De esta manera Morín concluye que el
objetivo primordial de la educación del futuro será dotar a los educandos de la capacidad para
detectar y subsanar los errores e ilusiones del conocimiento y, al mismo
tiempo, enseñarles a convivir con sus ideas, sin ser destruidos por ellas.
El Imprinting y la Normalización.
El poder imperativo y prohibitivo de los
paradigmas, hacen reinar conformismos cognitivos e intelectuales, el imprinting
cultural inscribe a fondo el conformismo y la normalización elimina lo que ha
de discutirse, el imprinting marca a los humanos con el sello de la cultura
familiar, luego la escolar, después la universidad o el desempeño profesional,
así la selección sociológica y cultural de las ideas rara vez, obedece a su
verdad, o por el contrario, puede ser implacable con la búsqueda de la verdad.
La Noología: Posesión.
“Los productos del cerebro humano, tienen
el aspecto de seres independientes dotados por cuerpos particulares, en
comunicación con los humanos y entre ellos” Carlos Marx. Estamos
de acuerdo con Marx, las creencias y las ideas no solo son productos de la
mente, también son seres mentales que tienen vida y poder; de esta manera ellas
pueden poseernos. Por tanto la noósfera esta en nosotros y nosotros en ella
desde nuestro nacimiento, precedente por completo de nuestras almas y mentes,
las sociedades domestican a los individuos por los mitos e ideas, pero a su vez
los individuos pudieran domesticar a la sociedad que los controla así como
controlar para sí mismos sus propias ideas.
Lo Inesperado
Lo inesperado nos sorprende porque estamos
tan acostumbrados y seguros en nuestras propias teorías, ideas y estas no
tienen ninguna estructura para acoger lo nuevo, lo nuevo llega sin pensar y ciertamente
no podemos predecir cómo se presentara, pero debemos contar con su llegada. Eso
no esperado es algo que nos altera (alter = lo otro), y que no sabemos; algo
que habrá que investigar.
Investigar implica que eso que
sucede tiene un sentido desconocido.
La Incertidumbre del Conocimiento.
Luego la incertidumbre del conocimiento
hace ver la necesidad para cualquier educación de despejar las grandes
interrogantes sobre nuestra posibilidad de conocer, para ello necesitamos
civilizar nuestras teorías, o sea una nueva generación de teorías abiertas,
racionales, criticas, reflexivas, autocriticas, actas para auto-reformarnos;
necesitamos que se radique un paradigma que permita el conocimiento complejo
que pide y abre la puerta a la construcción de nuevas propuestas, a la creación
de herramientas singulares y propias para cada ocasión.
Capitulo
II. Una educación que garantice el conocimiento pertinente.
De la Pertinencia en el Conocimiento
En este saber se resalta la misión que
tenemos en lograr desarrollar la inteligencia general para resolver problemas
usando el conocimiento de una manera multidimensional tomando en cuenta la
complejidad. Morín en el Pensamiento complejo hace conocer que este tipo de
pensamiento no resuelve en sí mismo los problemas pero constituye una ayuda
para las estrategias que si lo harán. Lo simple resuelve problemas simples y en
la educación no hay nada de simplicidad, sobre todo, cuando cada día nos
enfrentamos a las nuevas tecnologías y a los cambios sociales a los cuales las
nuevas generaciones deben estar preparados.
En relación a esto, el científico Albert
Einstein propuso “la Teoría de la Crisis” donde dice:
"No pretendamos que las cosas cambien si
seguimos haciendo lo mismo... La crisis es la mejor bendición que puede
sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad
nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que
nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera
la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".
Es necesario enfrentar las penurias de los
momentos malos para lograr el florecimiento de ideas a esos desafíos, lo
complejo es lo que ayuda a nuestro cerebro a trabajar al 100%, lo sencillo nos
ocasiona pereza para salir de esos problemas y conseguir verdaderas soluciones.
Según Einstein, “sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una
rutina, una lenta agonía, sin crisis no hay méritos”. Esos méritos deben ser
vistos como el aporte que cada uno hace a la sociedad, a la comunidad, a la
educación, por más ínfimo que sea es lo que nos impulsa a seguir adelante y
conseguir poco a poco cambios más grandes, no se deben confundir esos méritos
con títulos obtenidos solo para colgarlos en la pared, para el aumento de
sueldo o para elevar “el estatus” dentro de una organización.
Para
que un conocimiento sea pertinente, la educación deberá entonces evidenciar:
El contexto
El conocimiento de las informaciones o
elementos aislados es insuficiente. Hay que ubicar las informaciones y los
elementos en su contexto para que adquieran sentido. Para tener sentido la palabra
necesita del texto que es su propio contexto y el texto necesita del contexto
donde se enuncia. Primero
una información debe tener un contexto determinado para que adquiera sentido,
por ejemplo una declaración de amor realizada por un seductor es distinta a la
realizada por un seducido, ya que estas se dan en contextos distintos.
Lo
Global
Lo global es más que el contexto, es el
conjunto que contiene partes diversas ligadas de manera inter-retroactiva u
organizacional. Hace
referencia a la relación del todo con sus partes, también se nos indica que si
no conozco el todo no puedo conocer las partes de este y viceversa. Por ejemplo
la Sociedad, que sería el todo, está formada por partes que seriamos las
personas, la sociedad a la ves posee características particulares gracias a sus
partes, ejemplo esta sociedad es sedentaria, tiene un lenguaje determinado,
posee ciertas normas, etc.
Lo Multidimensional.
La educación debería enseñar a reconocer
cuando algo es Multidimensional (así se podría distinguir el todo de sus
partes), como los son la Sociedad, el Ser Humano, etc., son considerados de esa
forma ya que poseen varias dimensiones, por ejemplo el Ser humano, además de
ser humano, es un ser racional, social, síquico, emocional, etc.
Lo Complejo
Lo complejo que hace que sean inseparables
los elementos diferentes que constituyen un todo: el económico, el político, el
sociológico, el sicológico, el afectivo, el mitológico, el religioso y que
existe un tejido interdependiente entre el objeto del conocimiento y su
contexto, las partes y el todo, la unidad y la multiplicidad. Lo complejo es la
unión entre la unidad y la multiplicidad.
La Inteligencia General
La educación debe promover una
“inteligencia general” curiosa, crítica apta para referirse, de manera
multidimensional, a lo complejo, al contexto, apta para tratar problemas
especiales pues organiza la movilización de los conocimientos de conjunto en
cada caso particular especialmente frente al dolor, al sufrimiento, al mal.
Esta inteligencia general debe favorecer la formulación y resolución de
preguntas esenciales, de preguntas claves estimulando la curiosidad que muy a
menudo, es extinguida por la instrucción que debería estimularla o despertarla.
La mente humana entre más poderosa sea la
inteligencia, mayor será su facultad para tratar problemas especiales, por ello
la comprensión de elementos particulares necesita la activación de la
inteligencia general que organiza y opera, la movilización de los conocimientos
de conjunto en cada caso particular. Es así como en la intención de promover la
inteligencia general de los individuos, la educación debe utilizar los
conocimientos existentes, superar los progresos en los conocimientos
especializados, y a la vez identificar la falsa racionalidad. También la
educación debe favorecer la aptitud natural de la mente para desenvolverse.
Los Problemas Esenciales.
Claro está que los problemas esenciales,
nunca son parcelados y los problemas globales son cada vez más esenciales,
mientras la cultura general incita a la búsqueda de la contextualización de la
información o de las ideas, la cultura científica y técnica disciplinaria
parcela, desune y comparte los saberes haciendo más difícil su
contextualización. Aparte la inteligencia parcelada, compartida, mecanicista,
disyuntiva, reduccionista, rompe lo complejo del mundo en fragmentos separados,
donde la falsa racionalidad se esfuerza por controlar a los humanos, ya que
estos aprovechan las técnicas pero no se subordinan a ellas.
Capitulo III.
Enseñar la condición humana
Para el tercer saber, existe la unidad
humana la diversidad humana al mismo tiempo, nuestra identidad individual
asociada a nuestra identidad como especie y la identidad social conforman un
trinomio propio de la realidad humana. Debemos entender que nuestro destino
tiene la apariencia del destino de la especie humana, del desino individual y
el social complejos e inseparables, donde se concibe que tenemos un destino y
una condición común como ciudadanos de la tierra. Esta aclaraciones nos hacen
saber que cualquier acción que apliquemos para resolver un problema o la toma
de decisión para solventar una necesidad individual se verá reflejado en otros
individuos y por más que intentemos no alterar la vida de los otros ciudadanos
es imposible el no hacerlo, ya que somos parte de este todo y aunque nuestra
acción sea positiva o negativa será necesariamente reflejada en otros.
Una aventura común ha embarcado a todos
los humanos de nuestra era. Todos ellos deben reconocerse en su humanidad común
y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo lo
humano. Conocer el ser humano es situarlo en el universo y, al mismo tiempo,
separarlo de él. Al igual que cualquier otro conocimiento, el del ser humano
también debe ser contextualizado: Quiénes somos es una cuestión inseparable de
dónde estamos, de dónde venimos y a dónde vamos. Lo humano es y se desarrolla
en bucles: a) cerebro- mente- cultura b) razón - afecto - impulso c) individuo
- sociedad -especie. Todo desarrollo verdaderamente humano significa comprender
al hombre como conjunto de todos estos bucles y a la humanidad como una y
diversa.
En consecuencia, como humanos estamos
dentro y fuera de la naturaleza porque debemos conocer el arraigamiento con el
cosmos físico y la esfera viviente y el desarraigamiento propiamente humano; de
acuerdo a la condición cósmica nuestro universo está constituido por miles de
galaxias, estrellas, y aprendimos que nuestra tierra es un trompo pequeño que
gira alrededor de un astro errante, luego la condición física nos enseña que
nosotros somos una pequeña parte que conforma el cosmos un menudo brote de
existencia terrenal, y la condición terrestre nos dice que somos a la vez seres
cósmicos y terrestres.
La importancia de la hominización es
capital para la educación de la condición humana, porque ella nos muestra como
la animalidad y la humanidad constituyen juntas nuestra humana condición, somos
resultado del cosmos, de la naturaleza, de la vida, pero debido a la humanidad
misma, a nuestra cultura, a nuestra mente, nos hemos vuelto extraños a este
cosmos que nos es secretamente íntimo. Por otra parte lo humano del humano se
reduce a que es un ser plenamente biológico y cultural, que lleva en sí esta
unidualidad originaria, la cultura acumula en si lo que se conserva, transmite,
aprende, comporta normas y principios de adquisición.
El hombre sólo se completa como ser
plenamente humano por y en la cultura. No hay cultura sin cerebro humano y no hay mente, es decir capacidad de
conciencia y pensamiento sin cultura, una vez que la mente ha surgido
interviene el funcionamiento cerebral con efecto retroactivo, entonces hay una
triada en bucle cerebro, mente cultura. El bucle razón, efecto, impulso se da
por la complejidad humana que integra la animalidad (mamífero, reptil) en la
humanidad y la humanidad en la animalidad. El bucle individuo, sociedad,
especie se cumple por el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de
las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie
humana.
Unidad y Diversidad Humana
En este caso la educación del futuro debe
velar por que la idea de unidad de la especie humana no borre la de su
diversidad, ni esta borre la de la unidad humana. Por tanto la diversidad no
solamente es de los rasgos psicológicos, culturales y sociales del ser humano.
Existe una diversidad biológica en el seno de la unidad humana, no hay solo
unidad cerebral sino mental, psíquica, efectiva e intelectual.
Diversidad de Culturas y Pluralidad De Individuos.
La cultura está constituida por el
conjunto de los saberes, no hay sociedad humana que no tenga cultura, pero cada
cultura es singular, es así como la cultura no existe sino a través de las
culturas, también las técnicas pueden migrar de una cultura a otra. Aquellos
que ven la diversidad de las culturas, tienden a minimizar u ocultar la unidad
humana, es pertinente entonces concebir una unidad que asegure y favorezca la
diversidad, una diversidad que se inscriba en una unidad. Pero hay en cada
cultura hay un capital específico de creencias, ideas, valores, mitos y
particularmente los que ligan una comunidad singular a sus ancestros, sus
tradiciones, sus muertos.
Capitulo IV. Enseñar la Identidad Terrenal.
Aunque vivimos en la época de las
telecomunicaciones, de la información, de la Internet, estamos sumergidos en el
laberinto del mundo, y las incontables informaciones a las que tenemos acceso, en lugar de
facilitarnos la comprensión del universo, ahogan nuestras posibilidades de
comprenderlo mejor. Nos hace falta comprender la condición humana en el
mundo, como la condición del mundo humano que a través de la historia moderna,
se ha vuelto la de la era planetaria,
En pleno siglo XXI, con los avances
científicos y tecnológicos que se han tenido y en lo sucesivo lo que está por
venir con los desarrollos de la era planetaria, resulta indispensable tener
como objetivo una identidad terrestre y mantenerla todos los seres humanos
conscientes. Se debe volver uno de los principales objetivos de la enseñanza,
aun cuando es un tema complejo, ya que se confrontan los problemas de vida y
muerte, pues como seres planetarios tenemos en común la misma comunidad de
destino.
La Era
Planetaria.
Según Morín, la exigencia de lo que él ha llamado
la “era planetaria” es pensar de manera global. Se hace necesario, imaginar el
mundo tanto desde el punto de vista de lo que lo une, como de lo que lo
diferencia; un pensamiento que sea consciente tanto de la unidad como de la
diversidad humana, que se nutra de las
culturas del mundo. La
perspectiva planetaria es imprescindible en la educación. Pero, no sólo para
percibir mejor los problemas, sino para elaborar un auténtico sentimiento de
pertenencia a nuestra Tierra considerada como última y primera patria.
Es pertinente enseñar la historia de la
era planetaria que comienza con la comunicación de todos los continentes en el
siglo XVI y mostrar cómo se volvieron intersolidarias todas las partes del
mundo sin por ello ocultar las opresiones y dominaciones que han asolado a la
humanidad y que aún no han desaparecido. Habrá que señalar la complejidad de la
crisis planetaria que enmarca el siglo XX mostrando que todos los humanos,
confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y muerte, viven en
una misma comunidad de destino.
El Legado del Siglo XX
Cabe afirmar, que para conocer esta era primero
hay que reconocer su herencia, la de la muerte y renacimiento introducida en el
siglo XX de las dos guerras mundiales y otros eventos, dejando decenas de
millones de muertos, también es la de las dos nuevas potencias de muerte; las
armas nucleares primera posibilidad de muerte global de toda la humanidad, los
nuevos peligros segunda posibilidad de la muerte ecológica, muerte por
enfermedades como el SIDA siendo el primer virus desconocido que surge,
mientras que las bacterias que creíamos haber eliminado vuelven con nuevas resistencia
a los medicamentos. Por
lo tanto, hay que señalar que la
complejidad de la crisis planetaria que enmarca el siglo XX mostrando que todos
los humanos, confrontados desde ahora con los mismos problemas de vida y
muerte, viven en una misma comunidad de destino.
La Identidad y la Conciencia Terrenal
Por consiguiente, todo ser humano, debe dirigir su vida buscando un equilibrio
entre su pasado donde encuentra su identidad, su presente donde afirma sus
necesidades y un futuro hacia donde proyecta sus aspiraciones y sus esfuerzos,
para así comprender y aplicar el concepto de sabiduría de vivir unidos; donde
cada ser humano cultive en sí mismo una identidad que conjugue lo familiar, lo regional, lo étnico,
lo nacional, lo religioso, etc; es decir, una identidad que le permita salvar
tanto la unidad como la diversidad humana y que nos conduzca a una solidaridad
y a una consideración recíproca del uno para el otro, de todos para todos. La
perspectiva planetaria es imprescindible en la educación. Pero, no sólo para
percibir mejor los problemas, sino para elaborar un auténtico sentimiento de
pertenencia a nuestra Tierra considerada como última y primera patria.
Capítulo V Enfrentar las Incertidumbres
Tal como se señala, en los capítulos
anteriores, debemos esperar lo inesperado, la toma de conciencia de la
incertidumbre histórica se hace hoy día con el derrumbamiento del mito del
progreso, por ende quedan sin respuestas muchas de las preguntas formuladas,
por eso el futuro se llama incertidumbre. La historia creadora y destructiva lo
nuevo no se puede predecir, sino no sería nuevo, y la creación no se puede
conocer por anticipado, sino no sería creación, la historia no avanza de frente
sino por las desviaciones que proceden de innovaciones y creaciones internas, o
acontecimientos y accidentes externos.
Es oportuno mencionar, que como educadores
del futuro debemos aprender a enfrentar las incertidumbres puesto que vivimos
en una época cambiante, donde los valores son ambivalentes, todo está ligado.
Entonces la educación debe volver a las incertidumbres ligadas al conocimiento
como incertidumbre cerebro-mental, lógica, racional y psicológica.
Tenemos el bucle riesgos-precaución, que
proviene de la doble necesidad para cualquier acción que se emprenda en un
medio incierto, hay contradicción entre el riesgo y la precaución, siendo ambos
necesarios se trata de poder ligarlos a pesar de su oposición. Así mismo el
bucle fines-medios ambos interactúan unos con otros es casi inevitable que
medios innobles al servicio de fines
nobles, los alteren y terminen por sustituirlos, además el bucle
acción-contexto se debe a que toda acción escapa a la voluntad de su autor,
cuando entra en el juego de las inter-retro-acciones del medio donde
interviene.
Por último, la impredecibilidad a largo
plazo en la realidad se puede calcular a corto plazo los efectos de una acción,
pero los efectos a largo plazo son impredecibles. De esta manera, ninguna
acción está segura de obrar en el sentido de su intención, que en efecto las
vías para enfrentar la incertidumbre de la acción, la primera es la plena
conciencia de la apuesta que conlleva la decisión y la segunda el recurso de la estrategia. Por
ende la estrategia, como el conocimiento sigue siendo la navegación en un
océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas.
Tantos problemas que asechan a la
humanidad en nuestros tiempos hacen pensar que el mundo no sólo está en
crisis, sino más bien en un estado
violento donde se enfrentan las fuerzas de muerte y las fuerzas de vida. Aunque
solidarios, los humanos siguen siendo enemigos entre sí y el desencadenamiento
de odios entre razas, religiones, ideologías siempre acarrea guerras, masacres,
torturas, odios y desprecios. Aún no sabemos si sólo se trata de la agonía de
un viejo mundo que anuncia un nuevo nacimiento o de una agonía mortal.
Pero la incertidumbre no es sólo sobre el
futuro. Existe también la incertidumbre sobre la validez del conocimiento, y la
incertidumbre derivada de nuestras propias decisiones de allí que se plantea
una educación que nos ayude a enfrentar las incertidumbres, pues si bien es
cierto que nos hemos educado aceptablemente bien para enfrentar lo seguro
nuestra educación para la incertidumbre es deficiente.
Capítulo VI. Enseñar la Comprensión.
El autor estima que para el desarrollo de
la comprensión es necesaria una reforma de mentalidades, y asegura, que esta
reforma debe ser obra para la educación del futuro -ya presente y urgente- en
todos los niveles educativos del sistema y en todas las edades. Para salir de
este estado de barbarie e incomprensión, es vital la comprensión mutua entre
los humanos tanto cercanos como lejanos. Asimismo, considera la necesidad de
estudiar la incomprensión, sus raíces, modalidades y efectos, porque los
resultados se dirigirán a las causas y no a los síntomas. Al mismo tiempo
constituirán las bases para asegurar una educación orientada hacia la paz.
Para
adoptar la educación del futuro, es necesario comprender mínimamente en qué
consiste, cuál es el propósito y por qué es como es. Sin esa comprensión es
probable que el interés sea limitado y que los esfuerzos sean, a lo sumo,
inseguros o, las más de las veces, inexistentes.
Una educación para los obstáculos a la comprensión
y el egocentrismo:
Corresponde a quienes dirijan los procesos
de cambio en la educación, explicar el alcance y los límites del mismo con
claridad, invirtiendo para ello todo el tiempo y los esfuerzos necesarios, siendo
éstas las condiciones que, como volveremos a ver más adelante, mejor
contrarrestan este primer obstáculo. La falta de competencias necesarias. Puede
suceder, desde luego, que uno comprenda lo que tiene que cambiar pero considere
que no posee las competencias necesarias para llevarlo a cabo. Además, esta
situación se puede ver agravada por la tensión de ver a otros compañeros que sí
son capaces de llevar adelante los cambios propuestos.
Los obstáculos amenazan a la comprensión,
ya que existen elementos que no permiten su pleno ejercicio tales como el
ruido, las ideas expresadas con un fin, interpretadas de la manera equivocada,
la ignorancia a otras culturas distintas a la nuestra, la incomprensión de
valores, imposibilidad de comprender las ideas y por último y el más importante
la imposibilidad de comprensión de una estructura mental a otra. Tenemos el
egocentrismo el cual cultiva la traición a sí mismo, ya que se amplía con el
abandono de la disciplina y las obligaciones, encontramos el etnocentrismo
junto al egocentrismo que nutren la xenofobia y el racismo.
La ética de la comprensión:
Es el arte de vivir que nos pide en primer
lugar la comprensión de manera desinteresada, esfuerzo ya que no se puede
esperar reciprocidad; pide argumentar y refutar en vez de excomulgar, la
comprensión no excusa ni acusa. Aparte
lo que favorece la comprensión es: el bien pensar que permite la comprensión
objetiva y subjetiva y la introspección que es la práctica mental que nos
hacemos permanentemente y es necesaria,
ya que la comprensión de nuestras propias debilidades o fallas, es la vía para
la comprensión de la de los demás.
Puede suceder, desde luego, que uno
comprenda lo que tiene que cambiar pero considere que no posee las competencias
necesarias para llevarlo a cabo. Además, esta situación se puede ver agravada
por la tensión de ver a otros compañeros que sí son capaces de llevar adelante
los cambios propuestos.
Para paliar estas dificultades resulta
determinante escuchar y reconocer las diferencias y los sentimientos, así como
facilitar el desarrollo profesional (la formación permanente) y fomentar el
apoyo mutuo dentro del propio centro, al tiempo que se debe estar presto a
responder a las preocupaciones y ansiedades. Esta tarea de buscar apoyos y
ayudas para enfrentarse a la complejidad de los cambios requeridos es central a
la naturaleza de la ética de la comprensión.
La conciencia de la complejidad humana:
La comprensión hacia los demás necesita la
conciencia de la complejidad humana, dado que esta tiene una apertura
subjetiva, donde debemos ser abiertos para ciertos allegados, pero la mayoría
del tiempo permanecemos cerrados a los demás, aparte la interiorización a la
tolerancia no es diferente a las ideas o escepticismos generalizados, ya que la
tolerancia supone un sufrimiento al soportar ideas negativas por parte de otras
personas, al mismo tiempo la aceptación de la expresión de las ideas,
convicciones, elecciones contrarias a las nuestras nos hacen más maduros en
cuanto a asumir este rol.
En general, se concibe algo como complejo
cuando simplemente no se entiende o, en otras palabras, cuando se es incapaz de
comprender ese algo, en su totalidad, cuando nos rebasa intelectualmente. Desde
este punto de vista, la complejidad no sería un atributo del objeto, sino más
bien del sujeto, para detectar sus elementos, para conocer sus
interacciones.
Comprensión, ética y culturas planetarias:
Tenemos que ligar la ética de la
comprensión entre las personas con la ética de la era planetaria que no cesa de
mundializar la comprensión. Así como las culturas tienen que aprender las unas
de las otras, la cultura occidental la cual se estableció como cultura
formadora debe también volverse una cultura que aprenda, en cada cultura las
mentalidades dominantes son el etnocentrismo y sociocentrismo, es decir son
cerradas con respecto de las otras culturas. Pero en también hay culturas con
mentalidades abiertas que constituyen puentes naturales entre las culturas.
La misión espiritual de la educación es
enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la
solidaridad intelectual y moral de la humanidad. Por lo tanto, comprender
incluye necesariamente tres procesos primordiales: empatía, identificación y
proyección. Es por esto que la comprensión humana necesita a la vez: apertura,
simpatía y generosidad.
Uno de los problemas de incomprensión
sería la existencia de la polisemia. Ésta es una noción que puede ser entendida
de varias formas o que puede tener varias connotaciones depende del contexto,
como por ejemplo, la palabra cultura. Los principales problemas a la hora de
comprender a los demás son el egocentrismo, el etnocentrismo y el socio
centrismo y el espíritu reductor
· El egocentrismo consiste en la consideración de uno mismo como centro del mundo y se
considera al resto como algo inferior .Lo mismo ocurre con el socio centrismo y
el etnocentrismo, que consideran superiores a la propia sociedad o a la propia
raza, rechazando a las demás. Estos tres problemas conllevan un autoengaño
(escondernos a nosotros mismos nuestras fallas y nuestras debilidades), la
incomprensión de sí mismo es una fuente muy importante de la incomprensión de
los demás.
· El Etnocentrismo es una
tendencia común a cualquier grupo humano en la cual los elementos de la propia
cultura son calificados o comentados en términos positivos, describiendo de
forma negativa las creencias y costumbres ajenas. Una visión etnocentrista
juzga y califica las costumbres, las creencias y el lenguaje de otras culturas de
acuerdo a una cosmovisión considerada como deseable (que siempre es la propia).
· El espíritu reductor consiste en tratar de reducir el conocimiento de
lo complejo al de uno de sus elementos, por supuesto en el plano de lo
subjetivo. O sea, que cada persona desde su perspectiva considera que elemento
es el más importante y descarta los que giran entorno.
· Estos
nutren las xenofobias y racismos hasta el punto de llegar a quitarle al
extranjero su calidad de humano. Por esto, la verdadera lucha contra los
racismos se operaría más contra sus raíces ego-sociocéntricas que contra sus
síntomas.
Capitulo VII. La ética del Genero Humano.
Ética: Conjunto de normas morales que rigen la conducta
humana.
La base para enseñar la ética humana la
encontramos en la triada: individuo- sociedad- especie. En palabras simples
esta triada hace referencia a las condiciones del ser humano, quien no sólo es
un individuo producto/productor del modelo de reproducción de su especie sino
también parte de interacciones o relaciones interpersonales que lo hacen pieza
de la sociedad, así como esta sociedad también causa secuelas en el individuo,
formando muchos de sus aspectos.
Estas interacciones (y sus secuelas)
generan lo que es llamado “cultura”, concepto que a su vez abarca las tres
condiciones del ser humano (individuo – sociedad - especie) y las reúne de
manera tal que sean entendidas como una sola e indisoluble condición. De esta
manera, podemos ver como cada uno de los componentes de la triada es, a la vez,
factor y producto de la totalidad del bucle. Dicho de este modo, entendemos que
la composición de la triada está basada en tres términos que coexisten de
manera enlazada, ya que de otro modo no podrían ser concebidos ni entendidos.
En el bucle individuo- sociedad surge el deber ético de enseñar la democracia.
Ésta implica consensos y aceptación de reglas democráticas. Pero también
necesita diversidades y antagonismos. El contenido ético de la democracia
afecta a todos esos niveles. El respeto a la diversidad significa que la
democracia no se identifica con la dictadura de la mayoría.
En el bucle individuo - especie Morin fundamenta la necesidad de enseñar la
ciudadanía terrestre. La humanidad dejó de ser una noción abstracta y lejana
para convertirse en algo concreto y cercano con interacciones y compromisos a
escala terrestre.
CONCLUSIÓN
Es de suma importancia tomar en consideración lo expuesto por el
sociólogo y antropólogo francés, Edgar Morín en su libro titulado “Los Siete
Saberes Necesarios para la Educación del Futuro”, donde hace un
llamado al razonamiento de que es necesario abrirnos a nuevas ideas, a nuevos
pensamientos y a nuevas estrategias para transmitir los conocimientos, en unión
y dejar de aferrarnos a creer ciegamente en las ideas ya admitidas y
demostradas con años de antelación. En nuestra opinión, estos siete saberes son
primordiales para la educación del futuro por lo cual deben estar presentes y
en correspondencia con la sociedad y la
cultura, manteniendo el respeto hacia sus propios criterios.
El compromiso que tenemos los docentes en pleno S. XXI está más que
claro en el texto de Edgar Morin como aportación a la solicitud de la UNESCO,
ya hace casi 10 años, y aún nos falta un gran trayecto por recorrer. Vivimos en
una sociedad globalizada que al mismo tiempo trae como consecuencia más retraso
a los países en desarrollo, y si no es consecuencia, si se hace más palpable el
grado de rezago que tiene nuestro país.
Morin dedicó a postular cambios concretos en el sistema educativo desde
la etapa de primaria hasta la universidad: la no fragmentación de los saberes,
la reflexión sobre lo que se enseña y la elaboración de un paradigma de
relación circular entre las partes y el todo, lo simple y lo complejo. Abogó
por lo que él llamó diezmo epistemológico, según el cual las universidades
deberían dedicar el diez por ciento de sus presupuestos a financiar la
reflexión sobre el valor y la pertinencia de lo que enseñan.
1.- MORIN, Edgar. Los siete
saberes necesarios para la educación del futuro. Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Traducción: AGUILAR, Vázquez
Irasema y THIERRY G., David René. Octubre 1999.
2.- MAYOR, Federico. Director de la
UNESCO. Prólogo. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro.
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